Nuestra Historia
La Historia reciente de la Masonería en el Huila está representada por la Respetable, Benemérita y Meritoria Logia Estrella del Huila No. 31 heredera de quienes en antaño lucharon por el desarrollo del Valle de Neiva y sus poblaciones aledañas. Dicha Logia inició su proceso de formación en 1985 cuando el Maestro Masón Luis Cayón Armella llegó a la ciudad y buscó un Taller al cual unirse para continuar con sus labores especulativas. El objetivo principal no pudo ser cumplido pero encontró a los masones Luis Enrique Leytón Sánchez y Bernardo Arango, ambos comerciantes y ya en el Oriente eterno, encontró también a Luis Gabriel Londoño, funcionario público, iniciado en la Logia Veritas Vinci de la Gran Logia de Colombia, con sede en Bogotá y a Álvaro León Cabrera, periodista y artista, maestro masón iniciado en 1983 en la Respetable Logia José Hilario López de la Gran logia de Colombia. Este grupo se contactó con la Muy Respetable Gran Logia de Colombia con sede en Bogotá para proceder al levantamiento de columnas del Taller actual, luego de que el Muy Respetable Gran Maestro de la Gran Logia Occidental de Colombia León Kadosh, con sede en Cali, visitara Neiva invitado por los hermanos e informara que la jurisdicción, le correspondía a la Gran Logia de Colombia, con sede en Bogotá.
El grupo inicial carecía de los miembros necesarios para sus trabajos. Esta situación fue resuelta con el apoyo de la Respetable Logia Estrella de América No. 29 de Bogotá liderada por el Venerable Maestro Erwin Agular, hoy en el Oriente eterno y quienes iniciaron y prepararon esta generación de Maestros Masones huilenses. Fueron los pioneros: Félix Trujillo Trujillo, Diógenes Márquez Camargo, Francisco García Soto, H. A. H., Miguel Perdomo Celi, Álvaro León Cabrera, Edmundo Gutiérrez Penagos, Eduardo Paredes Muñoz y H. C. D.
El periodo comprendido entre 1987 y 1991 fue ocupado con la selección de candidatos y la discusión de los temas de actualidad de la época. Como líder pro-tempore fue designado H. A. H.; debido a que no existía una Logia formal, las reuniones debían llevarse a cabo en espacios que permitieran un grado mínimo de privacidad, fue así como entre los primeros salones Masónicos de Neiva, se cuentan la utilización de sitios públicos de reunión tales como el Club Social de Neiva, varios de los promotores eran socios, el Hotel Chicalá de la ciudad, en cuyas áreas aledañas a la piscina, se hicieron varias sesiones, el Hotel Pacandé y las Oficinas de algunos de los iniciadores. El producto de estas reuniones era luego expuesto en Bogotá, ciudad a la que los miembros originales viajaban cada quince días y donde eran recibidos por la Logia Estrella de América.
El 7 de diciembre de 1992, se llevó a cabo la ceremonia de levantamiento de columnas de la Logia Estrella del Huila No. 31. Esta fue presidida por el Muy Respetable Gran Maestro Jorge Gaviria Liévano, asistieron miembros de varias Logias de la ciudad de Bogotá, en especial de Estrella de América No. 29, y los múltiples Masones, Compañeros y Aprendices, que formarían parte de la futura Logia que se fundaba. Consecuencia de la influencia de Estrella de América No. 29, se decidió que el Valle de Neiva ingresaría y practicaría el Rito York. Como primer Venerable Maestro fue designado el Maestro Masón Francisco García Soto y se eligió una casa en el perímetro del centro de la ciudad, la cual fue adaptada para cumplir como sede. Allí funcionaron las dependencias administrativas, sociales y el Templo donde los masones del Huila se reunían semanalmente.
Cumplido el periodo del Venerable Maestro Francisco García Soto, se procedió a designar un sucesor correspondiéndole dicho honor al Maestro Masón Edmundo Gutiérrez Penagos, quien fuera iniciado en la Logia San Juan El Bautista, del Oriente de Bogotá. La Logia continuó con su funcionamiento pero los múltiples compromisos profesionales de sus miembros dificultaron el cumplimiento de las obligaciones propias de todo Masón. Ante esta situación, la primera etapa de Estrella del Huila No. 31 llegó a su fin en 1995, 10 años después de la primera reunión. Esto no significó el fin de la masonería en el Huila pues algunos continuaron viajando a Bogotá para participar en las ceremonias que allí se adelantaban. Una vez más, Estrella de América No. 29 recibió con los brazos abiertos a los huérfanos.
Este interregno duro hasta 2004. En aquel año el Maestro Masón Pedro Pablo Tinjacá Ruiz, de la Respetable Logia Aquileo Parra Gómez No. 2 de Bogotá, se radicó en Neiva y buscó a sus hermanos para reiniciar las labores que habían quedado suspendidas. Con el apoyo de los miembros originales y el beneplácito de la Gran Logia de Colombia se levantaron columnas y se continuó con la labor eterna del Masón. Con el fin de fortalecer la institución, la Logia recibió visitas de Maestros Masones de Bogotá, Caquetá y Girardot.
El contacto inicial se dio con el Past Venerable Maestro Edmundo Gutiérrez Penagos, quien de inmediato lo relacionó con los Maestros, aun residentes en la ciudad y con algunos nuevos, como Eduardo García Gutiérrez, neivano iniciado en la Logia Acacia No. 23 del Oriente de Cali y quien había regresado a su tierra natal, meses atrás.
Las reuniones iniciales se efectuaron en un centro cultural y de tertulia, por entonces existente, “Luna de Papel”, y las primeras tenidas en las oficinas de los empleos profanos de algunos masones, la tenida inicial de levantamiento de columnas con la presencia del Muy Respetable Gran Maestro Rubén Darío Ceballos Mendoza, se hizo en el Club Cívico, área a cargo de la Universidad Cooperativa, Salón Reinaldo Polanía Polanía, sitio que garantizó la reserva y secreto de la ceremonia.
El levantamiento de columnas, fue autorizado por la Gran Logia De Colombia, por medio del Decreto No. 53 de agosto 6 de 2004, firmado por el Gran Maestro, aprobando la solicitud realizada por los Maestros Masones Pedro Pablo Tinjacá Ruiz, Francisco García Soto, H. A., L. F. T., Miguel Perdomo Celi, Edmundo Gutiérrez Penagos, E. G. D., Eduardo García Gutiérrez Y Álvaro León Cabrera y reconociendo los dos primeros grados al compañero R. M. M.
Se tomó luego en arriendo una casa en la Carrera 5 con calle 14, donde se adecuó el templo Joaquín García Borrero y funcionó por espacio de seis años, trasladándose, por aquello del sincronismo, a donde había funcionado en su fundación en 1992. Allí se laboró hasta inicios de 2018, cuando la Gran Logia de Colombia, presidida por el Muy Respetable Gran Maestro Alexander Alarcón Camacho, de la Respetable Logia Estrella del Huila No. 31, adquiere una sede propia, cedida en comodato a la Logia de Neiva, construyéndose el nuevo templo Reinaldo Matiz Trujillo, cuya consagración se realizó el 27 de julio de 2019.
Los Ex Venerables Maestros de esta segunda etapa han sido los Maestros Masones Pedro Pablo Tinjacá Ruiz, Jorge Augusto Corredor, Eduardo García Gutiérrez, C. N. V., Alexander Alarcón Camacho, A. L. V., C. M. N., J. M. O., J. A. L. y el actual Venerable maestro es J. A. R.. La masonería en el Huila continúa creciendo para cumplir con sus objetivos, el mejoramiento personal y de toda la sociedad, fortaleciéndose con Hombres Libres y de Buenas Costumbres.